domingo, 26 de febrero de 2012

Adiós.

Nunca hubo una palabra mas difícil de pronunciar que un "Adiós".
Y ahí está el amor de toda tu vida, en un ataúd, con lagrimas en los ojos porque simplemente la pesadez de los recuerdos no te deja, ni dejará continuar con eso que llamabas vida. Lo ves, dentro de esa caja, bajo ese vidrio que te limita un último beso, un último abrazo o una última mirada, todo acabó. ¿Que puedes pensar al estar frente a quien quisiste mas que a nada y mejor que a nadie en todos estos años? Cómo se conocieron, siempre es buena opción y vuelves a recordar que no está y créeme que no estará. Los pésames vienen y van, simplemente mantienes tus brazos abiertos en agradecimiento a los que lo recuerdan con una cuarta parte del cariño que lo haces tú. No quiero más abrazos, quiero silencio. Quiero recordar y llevarme lejos el alma, junto a él.. Junto a nosotros.
Es cierto, ya no sufres, ya no le causas molestias a los demás pero te ha dejado sola, y este momento de angustia, no hay mejor refugio que tu egoísmo, ese que no permitió que nadie le hiciera daño, que nadie lo apartara de tu lado y que nada lograra que ese amor se acabara. ".. Para mi lo eres todo".
Envejecimos juntos y aún así pronto mi memoria fallará en lo único que le prometí: Nunca olvidarlo. Los años van de mal en peor y la soledad se siente aún más que cuando lloraba frente a tu tumba.
Nadie conoce mejor el amor, que aquel que pronuncia un adiós; que aquel que deja ir lejos a quien de tantas sonrisas llenó sus mañanas.
Tu familia llora, tus hijos, tus nietos, tus sobrinos, amigos y demás, porque simplemente, aceptar un despertar sin ti es inservible. Acostumbrarse a una rutina sin ti, la desgracia de las masas.
Llévate contigo todas esas sonrisas, esos abrazos, esos cumplidos y todas las cosas buenas que hiciste, que aquí se quedan a quienes hiciste felices, quienes te recordarán por siempre.

La ley de la vida, más que vivir y morir cuando el cuerpo ya no pueda más.. es conocer caminos que te lleven a los desconocido, a esas personas que cambiarán tu vida, tus días y tu manera de ser de una forma inexplicable.

A la memoria de Silvio Valentino.

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