jueves, 22 de marzo de 2012

Gracias desgraciadas.

Tengo ganas de regalarte la luna y sólo no puedo. ¿El por qué? Se supone sólo puedes regalar las cosas que te pertenecen y claro, no te puedo obsequiar una luna que no me pertenece, un corazón que sólo tienes tú y unos besos que son razón para suspirar cada vez que recuerdo el aroma de tus labios y el color de tu habitación.
¿Está mal querer lo imposible? Si la respuesta es un sí, estoy bien porque no quiero lo imposible; Lo amo, lo necesito y al igual que aquella luna ajena, no me pertenece. Lagrimas dulces, las sonrisas amargas qué.
Y así poco a poco me voy convirtiendo en el terror que abunda debajo de las camas de los inocentes, por miedo a aceptar una verdad que antes de estar frente a mis ojos, está en mí. Fui el problema, y alejarme es la solución… Yo. No puedo y créeme que no es algo más de algún libro de Coelho. Esta vez, de verdad no puedo… No puedo alejarme, no puedo olvidarte, no puedo dejar de pensar si pensarás que te pienso al pensar en todo lo que pudimos pensar que pasaría y no pasó; Pensamos demasiado. Pocas acciones y demasiada palabrería. Me consumió el ayer y el hoy es ceniza que a pesar de los torbellinos, mi gran amor, tu recuerdo sigue aquí.
Déjame sentirte una vez más, y que no sea un “adiós” porque quien sigue presente en los corazones es digno de una vuelta al pasado, de un deseo a un genio y de querer abrazarte tan fuerte, que soltarte es toda la locura que nunca existió. Todo está en tu imaginación, mi amor es real y todo lo que aquí pase: Una completa mentira… Tú.
No prometas un “para siempre” cuando ese ‘para’ no es conmigo, si no tus sueños con alguien más. Cuando ‘siempre’ es un tiempo definido y después de un revolcón, rosas marchitas y besos indecentes, viene la despedida.
¡QUE EXPLOTE EL ZAR Y QUE CANTE LA HAMBRUNA!
Morir sin vivir; Vida que sólo sirve para amar; Amar a quien no se debe por capricho; Capricho que te complace quien lo crea; Creación del bien y del mal; Mal que me hace extrañarte; Extrañarte para llorar; Llorar con nuestra música; Música que sólo de tus labios soplaban melodías; Melodías que componen un arpegio de todos los mejores “te amo” que puedan hacer sido dichos; Dicho esto, te necesito; Necesidad que debo saciar; Saciar para ser feliz; Felicidad que sólo tú me proporcionas con una sonrisa; Sonrisa que aquí en la tierra llamamos… Dios. 

She.

Me enamoré… Sí, me enamoré de nuestra amistad y de todo lo que un “te amo, amiga” oculta o da a conocer.
Cosas… Sí, cosas que sólo ella entiende; A mí, por ejemplo y todo eso que siento cuando al hablar, una culmina la frase de la otra.
Ella… Sí, ella tan graciosa y sincera. Pareciera que todo conspirara para que creyeran que “eres extraña” suene raro. Que importa lo demás, así dijo y así mismo lo cumplió.
Yo… Sí, yo y mis ganas de que siempre sonría, de que la vida sea más bonita de lo que Jorge Celedon explica en su canción.
Mi amiga y ese gran adjetivo posesivo al inicio… Mía.
Hay tantos tipos de amistad, de los cuales si no la conoces a ella, te faltan unos cuantos. No es decir que con esto lleguemos a confundir una amistad con cualquier otra cosa, porque si bien es amor del bueno, puede ser razón de celos; Celos hacía los que nos rodean, desconfianza para los que “tal pim pum pam que fla” y sobretodo, celos entre nosotras.
Se me olvidó cómo la conocí, porque siento sinceramente que esto viene desde toda mi vida aunque mi realidad me cachetee diciendo que no es así. Ella no creía que soy capaz de darle mi vida, y suena tonto, y suena como si le regaláramos la vida a personas equivocadas todo el tiempo pero las dudas se basan en los miedos, y esto es inversamente proporcional según entendí en física. Por lo tanto, para enfrentar mis miedos y aclarar mis dudas, le doy todo de mí. ¿Miedo de qué? ¿Aún es incógnita? Miedo a que me falle, miedo a que algún día ya yo no sea quien no la deje mal, que no sea su amiga o miedo… Miedo a que todo cambie y de manera sorpresiva, ella para mi sea una completa desconocida, ese miedo, esas dudas, nosotras.
Le dije la verdad, muchas verdades y tan poco tiempo para asimilarlas, entendió perfectamente dando un vuelco inesperado a todo el asunto, a mí día a día, a mis estudios, a mi.
Gracias, creo que nunca lo dije y hasta ahora no creo ser capaz de decirlo… Siento cómo que un gracias  es el principio de un fin, así como que le comience a gustar la salsa de tomate encima de su pollo o que ya no se ría de un: - Six. - ¡SIETE, SIETE, SIETE! De esas cosas… Esas cosas que sólo ella entiende.
“Que me haga añuñu’s no, que me enamoro” y así tal cual sucede con los que están tristes y cerca de ella, LLEVA PAPÁ QUE LLEGÓ LA HORA DE LOS BESITOS EN LA FRENTE.
La amo y eso se queda corto, al punto en el que aún estando aquí sentada con el gran nudo en la garganta y las lagrimas a la punta de un abrazo, la extraño.  
Son cosas de cosas, son palabras de palabras, es amor de… de tú y yo, porque somos solo tú y yo en la barra de los verdes, cuando le cuervo trata de matarnos, cuando las mentiras son estilo “Ella está hospitalizada”.
Nunca estuvo de más necesitarla para cuando estuviera volver a reír. Llena de dudas por esas lagrimas que tan predispuestas están para cuando despertar no sea lo mismo sin su sonrisa, sin sus locuras, sin ella… Puedo decir que no estaba en mis planes conocerla, saber que los puntos cardinales se alinean cada vez que lloro y está ahí para consolarme. Vaya, ahora que lo noto… Es mi hombro fijo, quien sé que me entiende, porque si me entiende. A veces, muchos pueden juzgar a los demás por su apariencia o por cómo actúan, sin darse cuenta que todo eso trae unos actos que el pasado no ha pisado, porque lo haré yo… lo haremos nosotras; Solo para asegurarnos de que esta amistad siempre esté llena de cosas buenas, aventuras y los mejores recuerdos que alguien me haya podido dar, que alguien te haya querido dar. Siempre me ha llenado de orgullo poder decir que mis amigas están tipo explotadas de buena, pero ahora más que eso, más que orgullo, es alguna clase de satisfacción decir: “¡Amiga, estás rica!”, sin que me mire feo o que simplemente ponga una barrera por miedo a un qué sé yo.
Prometo protegerte, prometo que si algún día me llegara a convertir en la quinta fantástica te llevaría conmigo, porque créeme, con nadie más que tú, me gustaría vivir esa experiencia, todas mis experiencias y mi única verdad: Tú. Meterme a clases de karate por si a las moscas, los tipos con su gran panza de cerveceros llenas de vellos se quieren propasar contigo, porque bueno, “el que se mete con ella, se mete conmigo” y sabes de lo que hablo. –Inserte aquí punto y coma ft. Paréntesis-
Salud por las rascas con 3 cervezas, salud por el día en que te conocí, salud porque no me arrepiento bebé, de nada, de nada de lo que hemos pasado, ni pasaremos.
Gracias… Gracias por tanto amor.
Gracias… Gracias Dios, por ella.
Gracias… Gabriela.
No es el fin... Te amo.