jueves, 20 de octubre de 2011

Amada mujer imaginaria.

Amada mujer imaginaria, dile a la distancia que en ti encontré todo lo que quise, que se aparte y nos deje ser felices que despertar y no verte no es obstáculo para algo tan grande. Vamos amada mía, dile que deje de ser aquél muro que me impida besarte, mis sueños no mujer imaginaria, mis sueños son reales, la distancia no. Meticulosa ilusión se convirtieron mis noches pensando en ti y en tu belleza, en mi mente lo vi todo, no tenía nada. Insomnio, déjame amarla, tráela aquí junto con mis más preciados deseos.

Amada mujer imaginaria, dile a mis suspiros que no se olviden de tu nombre, que reaccionen al contacto de tus besos en mi mirada, y si no estás aquí, vida mía, ellos seguirán siendo los esclavos de tus palabras en mi memoria y en la recreación de tus abrazos en mi día a día. Un amor prefecto y sueños que se desvanecen al sonar el despertador. Morir es despertar y no sentirte junto a mi, sin ti, el calor de mis recuerdos se hace frío y un largo invierno sin poder sóñarte, extrañarte es solo parte de un juego que me rehúso a jugar, porque eres mía.

Amada mujer imaginaria, dile a la locura que es tu alma gemela y la razón de mi desvelo e ironías para con el mundo al momento de juzgarme. Dile a la lluvia que deje de traerme esos momentos, que en mi mente juntos pasamos. Dile a mi alma, mujer, que eres dueña y señora de todo lo creado en los sentimientos que no puedo negar porque mis sonrisas son eternas y mis ganas de quererte, un poco más que infinitas. Alabadas sean las noches que me permiten verte. Te regalo cada estrella, en mi imaginación, un beso vale cada una de ellas. Por siempre seré tuyo, por siempre serás mía, hasta que deje de soñar, hasta que la mañana ataque mis ganas de volver a pensarte todo el grandioso día que a partir de nuestras ilusiones, me espera.