Para un documentalista no debe ser nada fácil soportar
historias donde se narren violaciones múltiples, asesinatos injustos o
cualquier otra situación que de una u otra forma pasa por debajo de la mesa
ante los derechos humanos que no son más que una ilusión, que de una u otra
forma se sale de sus manos. Para un documentalista no debe ser fácil colocar
una expresión que no cause revuelo a las víctimas que entrevista; no debe ser
fácil crear un concepto concreto sobre qué es lo correcto luego de una extensa
investigación.
Como ya bien sabemos, la ética es la encargada de
estudiar las conductas moralistas de los seres humanos, cambiando dependiendo
de la sociedad en la que se desarrolle dicho concepto. Para un documentalista,
la ética será un sinfín de valores con los que contará para hacer sentir
cómodos a los participantes del documental, como fue prioridad para Crímenes
Invisibles, donde un grupo de mujeres cuentan cómo fueron violadas una y otra
vez por grupos enemigos. Y si bien ellas son ajenas a la guerra, la naturaleza
infundada dicta que deben ser enemigos, donde para ellos es ético sentir enemistad
por un contrario específico luego de una trata fallida de unificación.
Carlos Mendoza basado en un lema “Nadie es juez de
nadie” hace entender un poco más la magnitud que representa documentar temas
tan sensibles para una sociedad que se hace ciega a problemas ajenos a los
suyos cotidianos. Un documentalista no podrá juzgar ni un bando, ni del otro,
como bien se discutía en clase pues no sabemos la versión o un por qué sensato
de los “Maï-Maï” para actuar como lo hacen, más por ser un tema extremo, el
detrás de cámara va dejando huellas y marcando todo lo que documenta con un
sentimiento único limitado por la situación en la que se ve rodeado.
A pesar de las historias lastimosas que se relatan,
las mujeres parecen ocultar muy bien su dolor bajo una capa de costumbre. Esa
misma costumbre que no tiene salida próxima por sus propios medios, por ser “débiles”
ante el ojo de muchos y hasta ante sus mismos ojos. Mujeres indefensas que no
son protegidas por nadie. Los hombres de la aldea se van sin avisar a sus
mujeres, dejándolas solas y sensibles a los ataques, mientras que los jóvenes que
habitan se ven rodeados por el forje único de su moral, es decir, consolidando
una ética entre que lo violento es bueno y la aspiración de su próxima práctica
si esta es la clave del éxito y la dejada atrás de la pobreza explícita como
suele mostrarse por los mismos implicados, desde los Maï-Maï hasta la policía que
coopera y se ve involucrada para que estos hechos lamentables sucedan a diario,
inversamente proporcional a esto, trabajan en conjunto para que nada sea
expuesto a la luz pública.
El cine documental crea relatos desde un hecho
realista el cual debe ser pasado por un proceso para escoger la manera de
contarlo y trasmitir una pasión al espectador, como también una motivación a la
búsqueda de soluciones en un futuro o de una reflexión profunda por no saber si
en la cuadra de atrás suceden cosas lejanamente parecidas, como es el caso del
corto en cuestión.
La ética es solo el inicio de un camino infinito que
se debe recorrer para entender que impulsa a cada quien a decir o hacer algo
concreto. Mientras se avanza, el camino se extiende por la investigación, el
estilo y la verdad, sin embargo, en la trayectoria para un documental que deje estupefactos
a los espectadores, es posible que nos encontremos con muchos aspectos que
pongan en tela de juicio nuestros valores primordiales sin excluir la moral y
la apreciación que tenemos para con el mundo puesto que en temas enteramente
polémicos actúan fuerzas que sobrepasan las capacidades de un documentalista.
La mayor, personalmente, es la búsqueda del poder a cualquier costa, lo que
significa que el pueblo podría bien hundirse en su miseria, en su sangre si eso
cuesta un lugar dentro de las potencias que rigen un país, una nación, un
ideal. Y ante el silencio de los medios el cine de no ficción será de manera
oficial el portal primordial para la muestra de casos que nos rodean, que
rodean a etnias enteras, dentro de las cuales los grupos de ayuda y rescate
necesitan apoyo externo por lo que el mundo debería ser testigo de todo lo que
sucede, respetando las opiniones emitidas por cada cual.
“De algo nos tenemos que morir”, dicen las abuelitas y
muchos de sus nietos ante la notificación de casos extremos como estos pero ¿es
necesaria la muerte violenta y aún peor el trauma de por vida tras hechos
horribles que maten tu alma y tu buena fe para que cambie la ambición de unos
pocos? La respuesta a la pregunta se encuentra dentro de cada lazo establecido
entre dos puntos específicos, como el realizador y su cámara o dos etnias
enemigas.
A pesar de que desde pequeños intentamos buscar la
diferencia entre lo bueno y lo malo, esta búsqueda no cesa hasta el día que
dejamos de crear nuevas ideas en el mundo por lo que sería totalmente válido
cambiar de opinión o de aspectos éticos que te ayuden a mejorar o empeorar tus
principios. Esto merece ser documentado, explorado e investigado a fondo por
expresar a gritos continuos de placer o disgusto ante sucesos vistos por
nuestros propios ojos y juzgados por y para nosotros mismos.
Dentro de todo, las verdaderas preguntas serán
contestadas después de la finalización de un documental que narre ambas
versiones de los hechos, donde además de dejar huellas, un sentimiento y mucha
información socialmente “confidencial”, dejará un cambio sobre todo lo ético y
no ético que has hecho a lo largo de tu vida y si logras o no verlo desde un
punto externo, esto aplica para todo sobre todo. ¿Lo subjetivo es ético? Y ¿Qué
es ético? Donde las respuestas van enteramente ligadas a cada acto realizado,
pues la reflexión nunca deberá faltar en nuestra mesa de cualidades y dudas.
Gracias a muchos documentalistas e historiadores somos
capaces o bien podríamos ser capaces de analizar a una etnia que sufre en
silencio consecuencias de actos que nunca fueron realizados, como también de
una etnia que goza violando y robando los pocos recursos que tienen tierras
enemigas.
La ética como todo, es relativa, cambiante y
misteriosa. Ante todo es necesaria la expresión de admiración para quien logre
entender su origen puro, el que será distinto para cada ser humano dependiendo
de cómo hayan transcurrido los hechos que formaron quien es hoy.
https://www.youtube.com/watch?v=_NZsCqxhoOc