domingo, 16 de marzo de 2014

I'm yours.

Fue como caer a un precipicio sin fin, infinito como el aroma de su piel. Fue como amar por primera vez, como si las anteriores veces no significaran nada, fue y es.
Son muchos los kilómetros en los que se distribuye mi alma y mis ganas de ser feliz solo para llegar y darle un beso. Admirar su sonrisa es más fácil si le dices cuanto le amas, porque eso llena su ser, construye su esencia y le da mi propiedad, porque es mío, su amor, es mío.
Hacerle el amor nunca fue tan placentero que cuando descubrí que era algo más allá, que con tenerle cerca tenía un placer que jamás había experimentado, dentro del estómago, dentro de mi. Entonces, todo conseguía sus colores más puros, todos parecían más alegres de vivir en este mundo de perdición y tentación.
Cargué con mis abrazos a cuestas por muchas horas, solo porque se lo merece y lo volvería a hacer porque siempre se lo merecerá.
Es inexplicable todo lo que siento, cuando me habla, cuando me mira, cuando me toca, cuando me siente, cuando me ama, cuando me adora, cuando me llora, cuando me celebra, es inexplicable todo lo que siento por un alguien que sin saberlo pronto se convertiría todo, en todo, por todo, para todo.

Mis labios son tuyos para cuando los quieras usar, cuando los quieras desgastar para gritarme que me extrañas, para expresar las ideas que tú no puedes, para crear un futuro a mi lado.

Mi mirada es tuya para cuando la quieras usar, cuando quieras perderte entre paisajes que solo tú y yo sabemos, para contar las estrellas cada vez que con aprecio infinito pinto dentro de ti las noches en las que tus brazos sean mi refugio.

Mi voz es tuya para cuando la quieras usar, cuando quieras hablar de tus gustos y tus disgustos, para desahogarte entre penas y gozos, para suplicar comprensión y anhelar fantasía.

Mi cuerpo es tuyo para cuando lo quieras usar, cuando quieras descansar del arduo camino que representa la vida, allí tendrás mis pies y mi fuerza; para cuando quieras recordar la textura de mi piel y agradecer ser un solo corazón que late al compás de un baile lento.

Te doy todo de mi para cuando lo quieras usar, cuando quieras recordarte que alguien, detrás de muchos amaneces, te ama como nadie nunca te podrá amar, para cuando quieras recordarte que por mucho soy tuya y de nadie más.

Podemos seguir jugando a ser infieles de pasión y tan ajenos al sudor que recorre nuestras manos cuando las entrelazamos y para mi amanecer aferrada a tu cintura, a tus mejillas, a tu sonrisa es alargar los días, es quererte más de la cuenta y quererte menos que siempre.

Aún estoy aprendiendo a apreciarte con todos tus estados, tus rabietas. Aún estoy aprendiendo a descifrar cuantos sentimientos alberga ese cuerpo que con el paso del tiempo solo ha recibido mal hasta que llegué yo para intentar solucionar todas esas cicatrices, cambiándolas por momentos únicos, por regalos únicos, por besos únicos que lleguen y se pierdan en el espacio entre tu boca y todo tu pecho, amplio, desequilibrado al igual que el mío porque del lado izquierdo tengo tu nombre tan grande como para estallar sin arrepentirse.

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